En la tumultuosa arena política argentina, el cambio de paradigma es inevitable. Nos encontramos en un momento crucial donde las viejas estructuras se desmoronan para dar paso a algo nuevo, algo diferente. Pero, ¿hacia dónde nos dirigimos realmente? ¿Estamos cruzando la línea hacia un horizonte de igualdad y justicia, o nos estamos adentrando en un terreno peligroso donde el neofascismo acecha bajo una máscara de libertad?
Para entender esto, es esencial observar la situación política actual desde una perspectiva más amplia. Comparar el gobierno del Kirchnerismo con el "gobierno de Milei" es útil y productivo aunque el gobierno de Milei sirve como símbolo de un movimiento que abraza un discurso ultra-liberal y anti-establishment.
En este escenario, es tentador creer que el cambio radical representado por figuras como Milei es la respuesta a nuestras preocupaciones más profundas. Sin embargo, al analizar más detenidamente, encontramos un reflejo inquietante en estas nuevas figuras políticas: nuestro propio neofascismo.
El neofacismo raquitico (sin Estado ni nación) de Milei es nuestra sombra.
La dinámica de la sombra en la psicología de Carl Gustav Jung se refiere a la parte inconsciente de la psique humana que contiene aspectos reprimidos, negados o desconocidos de uno mismo. Jung creía que todos tenemos una sombra, y que está compuesta por emociones, deseos, impulsos y rasgos de personalidad que no hemos integrado completamente en nuestra identidad consciente. Estos aspectos pueden ser tanto positivos como negativos. Por ejemplo, la sombra puede contener rasgos que consideramos socialmente inaceptables o vergonzosos, así como también cualidades positivas que no hemos reconocido en nosotros mismos. La dinámica de la sombra implica que estos contenidos inconscientes pueden influir en nuestro comportamiento y nuestras relaciones de maneras sutiles pero significativas. Jung enfatizaba la importancia de reconocer y confrontar nuestra sombra para lograr la individuación y la integración personal. Esto implica explorar y aceptar los aspectos desconocidos o reprimidos de uno mismo, lo que puede llevar a un mayor autoconocimiento, crecimiento personal y equilibrio psicológico.
El neofascismo que parece surgir como una alternativa radical es, de hecho, una versión distorsionada de lo que estamos tratando de dejar atrás. La retórica inflamatoria, la polarización extrema y la intolerancia hacia las opiniones divergentes son características que encontramos tanto en el pasado como en el presente político de Argentina.
Que toma cuerpo en la falta de resolucion de los casos del Lawfare contra Cristina, o en el control de los medios de comunicación poco transparente, o inclsuo en la gestión del empleo público con patronazgo.
Solo de un lado de "la mecha" se estaba "del lado correcto de la historia", "todo lo que está bien".
No digo que no haya habido ampliación de derechos y conquistas populares en el gobierno del Kirchnerismo. Sino que su forma política, conflictiva y moralizante, se mantuvo oculta hasta ahora. Ahora que Milei nos devuelve con acciones la imagen de lo que fuimos.
En lugar de caer en la trampa de buscar soluciones rápidas y simplistas, debemos reconocer que la verdadera transformación solo puede surgir del diálogo honesto, la colaboración y el respeto mutuo.
En última instancia, debemos recordar que el verdadero enemigo no es una ideología específica o una figura política, sino la intolerancia y el autoritarismo en todas sus formas.
El autoritarismo es un sistema político donde el poder se concentra en una sola persona o un grupo reducido, sin separación efectiva de poderes ni participación significativa de la población. Se caracteriza por la falta de libertades civiles, la ausencia de rendición de cuentas, la represión de la disidencia política, el control de los medios de comunicación y la supresión de la sociedad civil. Identificar el autoritarismo implica observar la concentración del poder, las restricciones a las libertades individuales y el control sobre las instituciones estatales y la información pública.
¿Frente a esto que hay?
El Estado de Derecho.
El Estado de Derecho es un principio fundamental en una sociedad democrática, que establece que todas las personas, incluidos los líderes políticos y los funcionarios del gobierno, están sujetos a las leyes y normas establecidas de manera clara y predecible. Este concepto implica que el ejercicio del poder debe estar limitado por la ley y que los derechos y libertades individuales deben ser protegidos y respetados por el Estado.
El Estado de Derecho surge históricamente como una respuesta a los abusos de poder y las injusticias cometidas por los gobernantes autoritarios en el pasado. Se desarrolla a lo largo del tiempo a través de la elaboración y promulgación de constituciones, leyes y sistemas judiciales independientes que garantizan el respeto a los derechos humanos y las libertades individuales. Su importancia radica en su capacidad para salvaguardar la democracia, la justicia y el respeto a la dignidad humana, sirviendo como una garantía esencial contra el autoritarismo y la opresión.
En Argentina, hay varios teóricos y juristas que han contribuido significativamente al desarrollo y la comprensión del Estado de Derecho. Algunos de los más relevantes incluyen:
Juan Bautista Alberdi: Autor de la Constitución argentina de 1853, Alberdi es considerado uno de los principales exponentes del constitucionalismo en Argentina. Sus ideas sobre el Estado de Derecho y la separación de poderes han influido en la estructura política del país.
Carlos Santiago Nino: Destacado filósofo del derecho y defensor de los derechos humanos en Argentina. Sus trabajos sobre el Estado de Derecho y la teoría constitucional han tenido un impacto significativo en el campo del derecho y la jurisprudencia argentina.
Germán Bidart Campos: Reconocido jurista y profesor de derecho constitucional argentino. Sus contribuciones a la teoría del Estado de Derecho y su defensa de los derechos individuales han sido influyentes en la jurisprudencia argentina contemporánea.
Roberto Gargarella: Académico y profesor de derecho constitucional en la Universidad de Buenos Aires. Sus trabajos sobre el Estado de Derecho, la democracia y los derechos humanos han contribuido al debate académico y político en Argentina.
El Estado de Derecho es demasiado importante como para dejar su defensa en manos de Milei y LLA. Que, aunque tengan la obligación de defenderlo, la soslayan.
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