El Gobernador de Córdoba Martín Llaryora enfrenta una coyuntura desafiante. Córdoba es el epicentro de un nuevo fenómeno que busca subvertir las relaciones de enfrentamiento entre Provincia y Nación que han caracterizado a los últimos gobiernos. Esta condutcta tiene anclajes ideológicos históricos en el islismo cordobés, la noción de considerar a la Provincia como una isla aislada de lo que ocurre en el tablero nacional. Si bien esto es muy poderoso discursivamente, y las relaciones entre gobiernos peronistas de Córdoba y los de la Nación han sido tensas, hoy asistimos a un punto de inflexión fuerte. Martín Llaryora es un experto en gestión, domina la cercanía y la proximidad que demanda la gestión de lo público y el gobierno local, sus resultados lo comprueban. Sin embargo, ahora, se encuentra de cara a un nuevo desafío: el de conducir una fuerza política que se ha vuelto heterogénea y que se presenta como conciliadora, consensualista, y que no desea de ninguna manera pelearse con la
Del subsuelo sublevado a la cima.