Es usual que se maneje, sobre todo en redes sociales, una forma de hablar un poco maniquea y un poco ingenua, cuando se hace referencia a la política. Esto, con la clara excepción de las redes y círculos especializados en la disciplina. La ciudadanía política democrática, nos enseña Chantal Mouffe, es la resultante de un juego paradógico que resulta de la conjunción de dos tradiciones: el liberalismo político y la tradición democrática, ambas muy presentes en nuestro país y en Córdoba. Cuando se apela a la ciudadanía se recurre a más vocabulario de la tradición liberal, que -intuyo- es el resultado de una larga tradición de formación política de nuestros dirigentes en las aulas de la Casa de Trejo, más precisamente en la facultad de derecho. Para estos notables abogados liberalismo político significó un reducto intelectual seguro frente al autoritarismo una época muy oscuras del país. Esto, entre otras cosas, significo acentuar un racionalismo jurídico y un purismo del derecho, que s
Del subsuelo sublevado a la cima.