Poco a poco la incertidumbre política, si es que quedaba alguna, se convierte en certezas, en incertidumbre económica y jurídica. El paladín del libre mercado se está dedicando a destrozar las bases sociales de la institución que idolatra. La sustituye por un discurso teleológico sobre un futuro de felicidad ante el cual hay que rendirse con un presente de sufrimiento. Un futuro que bien sabemos, nunca llega. El león no ha pasado un día en la oficina de presidente y ya ha resignado parte de su programa de gobierno, parte de su gabinete que ocuparán militantes de la fuerza política de Macri (entre otros conservadores) y parte de su potencialidad retórica. Sorprende la ingenuidad con que pretende impostarse como transparente. Qué raro un economista que se supone conoce el peso de las expectativas (lección uno en Argentina) empeñado en generar muchas e inmanejables; claro está deben de tener un objetivo. Como la hiperinflación es una cuestión de confianza y expectativas que se quiebran
Del subsuelo sublevado a la cima.