En estos tiempos de cambios vertiginosos y avances tecnológicos, la conectividad se ha vuelto un bien preciado, una necesidad básica para el desarrollo social y económico. Sin embargo, la reciente política de desregulación del gobierno de Milei nos está llevando en la dirección opuesta: hacia la desconexión y el aislamiento. La desregulación de las tarifas de Internet puede parecer, a simple vista, un movimiento en favor de la competencia y la libre empresa. Sin embargo, la realidad es mucho más sombría. La eliminación de regulaciones no conlleva necesariamente una reducción de precios debido a la competencia, sino que abre la puerta a la cartelización y al aumento de precios. En cada sector donde el Estado se retira de una mesa de negociación, se forma un cartel. Los jugadores permanecen en el juego, pero esta vez sin las restricciones impuestas por el Estado para proteger los intereses de la ciudadanía. Esta desconexión digital se suma a la desconexión física que experimentamos debid
Del subsuelo sublevado a la cima.