¿Qué es ser exitoso en la Argentina actual?
Hay muchas personas que admiro, especialmente por su alta capacidad para vivir la vida. Algunos más conectados que otros, alguno fluyen más, otros lo fuerzan. Todos trabajadores incansables de sí mismos. Todos, de ideología peronista.
Hay algo en el gen peronista que aspira a más, pero es una aspiración solidaria. Aspira a estar mejor, vivir mejor, pero en una Argentina mejor. No es el exito idílico de los libros de desarrollo personal. Tampoco es la máxima de sacrificarse de nuestros abuelos.
Hoy se trabaja inteligentemente, en mejorar cada día, un toque.
Lo triste es que hay una inmensa mayoría de la sociedad que no se puede siquiera plantear esto de manera realista. Porque son presa de los condicionamientos económicos y sociales, que no son determinantes, pero que por regla, constriñen.
Hay una idea de que porque uno es pobre no puede aspirar a más o enaltecerse, como persona, su alma, su mente, su cuerpo, su trabajo, su familia, sus amigos, sus afectos. O no debería, al menos si no adhiere al relato del éxito de mercado. Pero a medida que se desarrollan estas líneas, se puede ver cuanto hay más alla de aquella institución que podemos asir y mejorar.
Pirata, no todo es plata. Pescado, no sos vos, es el mercado.
Entonces, de manera realista, ¿Qué podemos mejorar?
Basicamente podemos mejorar nuestras decisiones. Porque es el ámbito de autonomía que se encuentra más proximo. Ya sea que lo pensemos como algo estratégico. Es decir, de alcanzar nuestros objetivos con los medios de que disponemos. O ya sea que lo pensemos como algo paramétrico, es decir, tener en cuenta como puede variar nuestra conducta en función de la conducta de los demás.
También podemos mejorar las grandes cosas, aunque la contribución que hagamos sea marginal. Cada recorrido que hacemos, cada norma que afirmamos, con cada iteración de nuestra conducta... conduce a una situación crítica en la que el feedback positivo del sistema lleva a que las normas cristalicen en instituciones más o menos prescriptivas, formales.
Otra forma de mejorar es trabajar en nuestros roles, trabajar en las capacidades, y la performatividad de nuestra persona, ser mejor estudiante, mejor profesional, mejor político, mejor padre, mejor hombre. Y seguimos hablando de decisiones. No hay que perder esto de vista. Decidimos si actuamos de acuerdo a lo que sentimos y pensamos que debe ser nuestro rol, o más o menos de acuerdo a lo que la sociedad, el mercado y el Estado imponen.
¿Que nos puede llevar a tomar mejores decisiones? Mejorar nuestro caracter.
Y si de caracter hablamos, el caracter de un peronista es infinitamente mejor que el caracter de un liberal mal formado pero muy convencido de sus convicciones. Allí también crujió la placa tectónica del peronismo. Porque también creimos que con estar convencidos alcanzaba. ¿Qué pasó que el caracter de los dirigentes ya no inspiraba la misma conciencia de mejora para estar a la altura de la histora?
La política se ha acelerado, se ha vuelto compleja, tiene cada vez menos peso económico en un pais devaluado, y por ende menos capacidad material. A demás sus recompensas son cada vez más denostadas, al igual que sus líderes. Menos incentivos hay de mejora.
Aún así, el peronista, la peronista, se levanta cada día pensando como ser mejor.
Y en la cima no caben todos.
Además, despues de subir, hay que bajar.
Para volver a subir.
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