Anoche tuvimos la oportunidad de ver cara a cara debatir a Sergio Massa y Javier Milei, estas son algunas de las impresiones que me dejaron.
Ambos candidatos se vistieron casi igual para la ocasión, milei con el mismo atuendo con el que se lo ha visto desfilar por inumerables entrevistas de television y Massa, con dos detalles, cambió la corbata roja por una de tono más sobrio, nótese la escarapéla que lució también.
Lo más desatcable es que Massa fue allí con una estrategia, bien preparado y se lo vió muy cómodo respondiendo preguntas. Un profesional de la política preparado para la ocación, sus más de 30 años sirviendo al pueblo denotan una acabada trayectoria. Mientras que Milei estuvo muy desorientado, sobretodo en el primer eje (que se hubiera pensado que iba a ser su punto fuerte), reactivo y muy incómodo al momento de responder preguntas. Milei también estuvo bien preparado, pero sin una estrategia.
Massa optó por presición, bajar a tierra el discurso, y por increpar al adversario en la búsqueda de posiconamientos. Su posición fue concreta y tangible, cercana a los valores tradicionales, de predecibilidad y seguridad.
Milei optó por un discurso vacío y frases redundantes que apuntan a lo sentimental, a crear un liderazgo carismático, por contraposición a la racionalidad de su adversario. Sus posicionamientos fueron ambiguos y muchas veces contradijeron sus propias posiciones o su plataforma electoral.
Ambos cayeron en la bajeza de reprocharse fracasos personales, y el intento de Massa por cuestionar la estabilidad emocional de Javier Mieli se encontró con una locura ensayada, que responde a valores new age, como son la autenticidad, la cercanía, o la impredictibilidad.
El control de la conversación lo tuvo Massa de principio a fin. Milei fue reactivo en la mayoria del tiempo. Se nota que no está acostumbrado a las preguntas incomodas, su transito por los set de tv, nos sugiere esta presentación pública con el adversario, ha sido ante periodistas condescendientes.
Massa realizó propuestas concretas y logró evitar ser catalogado de Kirchnerista, una nueva política se abre paso, con un nuevo estilo. El pueblo dirá si es el tiempo de un gobierno de unidad nacional y consensos. Massa piensa el Estado en términos de complejidad y políticas públicas, que tienen que llegar al ciudadano y es conciente de que este debe conocer y comprender.
Mileí optó por un discurso ideológico, dificil de desnudar como tal, ya que hace suyos los valores hegemónicos de la economía de mercado en la fase del desarrollo capitalista neoliberal. Lo cual, si bien le facilita los razonamientos simplistas y reducidos a la economicidad que son tan habituales en el discurso público del ciudadano de a pie, le trae dolores de cabeza y le significa una lente muy opaca para abordar la materialidad del Estado. A demás, juega con la confusión de sus votantes porque al disponer de una racionalidad acotada, como todos los ciudadanos, su acceso a la información es incompleto e imperfecto. Juega con la confusión, decía, porque emite mensajes contradictorios, Dolarizar, pero no hacerlo. Privatizar la Educación, pero mantener la gratuidad. Recortar a los jubilados y privatizar el sistema previsional, pero no modificar nada.
¿A caso el votante de Mileí sabe que hará aquel para mejorarle la vida? ¿A caso le importa?
¿El votante de Massa sabe que hará éste para mejorarle la vida? ¿A caso le importa?
Interesante Guille, en la emocionalidad que referencias creo q está la clave del discurso libertario el problema es cuando intentas escudriñar que hacer realmente hay poco poco o nada a favor de la sociedad
ResponderBorrarSí, sospecho cada vez más que el traje de loco es una construcción para empatizar con los votantes en esta coyuntura, desbordes de lado, y que hay un profundo cinismo en su propuesta anti popular. Gracias por comentar Diego!
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