Hoy escribo una entrada diferente, decidido a compartir con ustedes mis preciados lectores, algunas apreciaciones un tanto más personales. Siempre le esquivé al bloguear en primera persona porque me parecía un poco petulante, o pensaba que había que tener algo muy bueno para decir. Hoy pienso, gracias a los comentarios de algunas de mis amistades más cercanas, que esa forma de ver las cosas está sobrevalorada en este contexto y que todos y todas tenemos o podemos encontrar algo de valor en la voz del otro, la otra.
Y pienso esto porque en estos periodos de aislamiento y distanciamiento, sumados a la crisis económica que ya nos tenía bastante encerrados, las palabras de otros y otras que podrían haber resultado insignificantes en cualquier otro contexto, para mí, tuvieron un gran valor. No digo que fueran una carica, pero si, cuando menos compañía.
Por eso me permito evadir la estructura y recuperar la experiencia de romper una barrera, esa cuarta pared, que hoy es una pantalla. Que a la vez que nos une, nos separa.
Suena "Close to you" por Dancing Mood, pero para ser honesto no sé como se infiltró ese tema entre las canciones de la playlist de cumbia que escucho desde la cena.
Recientemente decidí probar un poco de minimalismo digital en mi vida, esta es una idea de Cal Newport, cuyo libro homónimo estoy leyendo con simpatía. Leer en inglés de corrido y disfrutarlo es algo que puedo contar entre mis victorias personales. Su propuesta me pareció un poco radical porque las redes sociales digitales llenaban gran parte de los espacios de comunicación habituales en mi día a día. Pero lo que empezó como un acercamiento terminó en una decisión que espero sostener y vivir para contarlo.
Dejé de usar habitualmente las redes reduciendo su uso a un día para consultar cosas esenciales hace más de un mes, y este lunes me sentí cómodo para dar un paso más y dejar de usarlas. No todas, cabe aclarar, pero si para cortar al menos una vez las dos cabezas principales de la Hidra, Facebook y Twitter.
Aún no puedo decir nada al respecto de esta experiencia, pero sí contar que está pasando.
Creo que es el complemento ideal para un semestre universitario cargado, donde se nota que se han replanteado las exigencias en la universidad con solo presenciar las presentaciones de las cátedras, que en esta casa de estudios, preferimos llamar simplemente clases o aulas.
En mi experiencia lo que mejor funciona es el mix. De clases asincrónicas desarrollando o introduciendo temas o recorridos conceptuales, con clases sincrónicas donde se evacúen dudas. Para todo lo cual un escrito académico es la forma ideal de poner en práctica lo aprendido, expresar ideas o criticar la realidad social (que parece ser la misión de esta universidad) y dar cuenta de lo aprendido.
Me amigué de nuevo con la agenda, el calendario y el cuaderno de notas. Quizá sea por eso que este blog ha quedado un poco descuidado. Quizá porque ya hubo tiempo suficiente para reacciones y reclamos infructuosos. Quizá porque está bueno asumir que este año las cosas no van a ser lo que se esperaban.
Quizá este post tampoco sea lo esperado. Pero los invito a compartirlo y dejarme sus comentarios o hacérmelos llegar por privado.
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