¿Puede el progresismo ser tan superficial al punto de no poder pensar la política sin reducirla al conflicto agonal y la faz discursiva? Esa sería una mirada miope de la política, que fue hegemónica con el gobierno nacional y popular del que muchos nos sentimos parte e incluso nos nominabamos en aquel Nosotros alguna vez. Desde esa perspectiva se constituyen una serie de categorías teóricas de análisis que quizá no permitan comprender ni toda la conflictividad de la sociedad, que no se reduce a la historicidad; ni la faz consensual de un régimen como el nuestro, híbrido entre populismo y poliarquia.
Bajandole un poco, no toda la política es lucha de clases y la emergencia sanitaria producto de la pandemia de covid lo pone de manifiesto. En la agenda de los gobiernos y las administraciónes publicas hay otras prioridades, ni mejores ni peores, otras.
No existe una linealidad entre un posicionamiento eticopolítico, o partidario si se quiere, y una determinada estrategia política en un gobierno de nivel inferior al nacional para manejar la emergencia. Economica y política. Dilemática emergencia tal como sostiene Malamud.
¿Será que la incertidumbre a cerca de esta coyuntura, en este contexto, nos llevará a radicalizar posiciones?
Si miramos con empatía, base para cooperar, que a su vez es base para construir una sociedad más justa socialmente, y así, base para la felicidad del pueblo... si logramos recordar ese valor, volverlo a pasar por el corazón: ¿Dónde ponemos el todo? ¿Dónde marcamos la línea de lo politicamente viable? ¿En los requerimientos de política publica o en la ideología?
¿"La lucha" no puede esperar? ¿Puede la vida esperar?
Quizá he ahi la linea que demarca la totalidad.
(Una de entre tantas) ¿De cuál te sentís parte hoy? ¿En que parte te tocó estar?
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